ELOGIO DE LA LOCURA
Lo perpetuo consiste en la contemplación
de la ceniza,
allí concurren los impares vértigos
que hacia el centro abisal arrastran,
ese azar insondable donde el tiempo prolonga
su razón de no ser, la curvatura
soberbia de lo nunca entrevisto, el vértigo más
hondo.
Los pretéritos vuelven a su origen
y el futuro concuerda con la nada.
Quien mira al firmamento elige la locura.
J.M. Caballero Bonald. La noche no tiene paredes.
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