sábado, 31 de mayo de 2014

ZOMBIES EN LA CALLE




He vendido mi último ejemplar de la Ilíada.
Tengo el cuarto de estar lleno de musarañas.
Miro por la ventana y veo cómo el cielo
se va poniendo rojo, del color de la sangre.

De modo que han llegado. No se oye una mosca
mientras van avanzando por la ciudad dormida.
De modo que no eran tan solo una leyenda
forjada por el miedo, ni un cuento para bobos.

Aquí no hay olifantes que valgan, y mi madre
se fue de vacaciones por tiempo indefinido.
¿Qué haría Gilgamés si estuviera en mi caso?
Voy a salir. Prefiero que esto no se prolongue.

                 * Luis Alberto de Cuenca

No hay comentarios:

Publicar un comentario