Se desata furioso en el rio tranquilo, por todas partes vuelca sus negros nubarrones y el valle se llena de remolinos, y las piedras, como muertas hojas, caen desde lo alto de la deshecha colina.
entre el corazón y la tela que envuelve el corazón en el sueño profundo sin imagen ni sueños amodorraditos en aquel rinconcito ( protéjeme esto, proteja esto a quien lo expone).