La mujer de pie ha cerrado los ojos mientras pensaba. Ahora deja de pensar y se fija en cierto inusitado bienestar que la adormece reparando el insomnio. Advierte que proviene de sus párpados. Una luz dorada los atraviesa, suave. No abre los ojos. Permanece atenta a aquella luminosidad. Inmóvil, la mujer de pie realiza su fotosíntesis. Chantal Maillard. La mujer de pie. Galaxia Gutenberg, 2015
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