El tren cruzaba una llanura interminable cubierta de nieve; ninguna ciudad esperaba su llegada, ninguna lamentaba su salida. Sencillamente seguía avanzando, y ése era su propósito - deslizarse como en un sueño sobre vacías extensiones de campo, emitiendo lastimeros gemidos que se desvanecían lentamente en el frío.
Mark Strand. "Nadie conoce lo conocido".
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